Todo preparado para la Procesión del Padre de Familias de esta noche

El Padre de Familias volverá a recorrer las calles aledañas al Monasterio de Santa Clara con "La Unión".

La Hermandad de Nuestro Padre de Familias, sita en el Convento de Santa Clara, comenzó la celebración de los Cultos en Honor a su Titular el pasado viernes, 13 de septiembre, con la Novena que comprenderá hasta hoy sábado, 21 de septiembre, que culminará con la Procesión y la Solemne Función Principal de Regla el día siguiente -Festividad de Nuestro Padre de Familias- a las 20:00h ocupando la Sagrada Cátedra el sacerdote montillano D. Miguel Ángel Raigón Rodríguez.

La Salida Procesional que se celebra el último día de Novena, siendo modificado en el año 2022 y contando con una gran acogida, además de estando acompañados musicalmente por la la Agrupación Musical "La Unión", presente en el cortejo desde el mismo año, y que presenta varias modificaciones en el itinerario y el horario con respecto al pasado.

A las 21:00h, la comitiva partirá desde el Convento de Santa Clara a través de las calles Santa Clara, San Luis, San Juan de Dios, Gran Capitán, Felipe IV, Santa Brígida, Romo, Melgar, Lorenzo Luque, El Azahara, Molinos Alta, Avda. de Granada, Llano de Palacio, Santa Clara y entrada en el Monasterio de Santa Clara, a las 23:00h aproximadamente.

"YO SOY EL PADRE DE ESTA FAMILIA"

El Padre de Familias supone una de las imágenes más importantes para la historia de Montilla, quizás menos reconocida actualmente, pero que cabe reseñar algunos capítulos que protagonizó a lo largo de su travesía, y es que numerosos devotos conocidos oraron ante la imagen de tamaño académico como Mariana Fernández de Córdoba, sexta marquesa de Priego, que le regaló la corona de espinas, o Pedro de Aragón, esposo de Ana Fernández de Córdoba Figueroa.

Especialmente cabe destacar Catalina Catalina Margarita Fernández de Córdoba en el siglo XVII -cuenta la tradición- que el Cristo le pronunció "Yo soy el Padre de esta familia, y es de mi agrado que con este nombre me invoquen, pues siempre hallarán consuelo", de ahí parte la advocación del Crucificado, que presidió en varias ocasiones el Concilio de Trento.