La talla del siglo XVII recupera su policromía y columna originales tras una intervención del restaurador montillano, devolviendo la estabilidad y la unción a la imagen.

El patrimonio sacro de la provincia vuelve a relucir por la intervención de los restauradores Manuel Espejo Mármol y el montillano Miguel Ángel Sánchez Jiménez. Tras ocho meses de trabajo, la Cofradía de la Vera Cruz de Montemayor presentó en la noche de ayer la restauración de su titular, el Cristo de la Columna, que vuelve al culto despojado de aditamentos y devolviendo la mirada con la que fue concebido en el siglo XVII.

Los restauradores junto a Antonio García (alcalde de Montemayor),
Pepe Casas (concejal del Partido Popular) y la hermana mayor

La imagen -aunque conservó su policromía original hasta finales del siglo XX- presentaba una lectura visual totalmente alterada por la aplicación de esmaltes sintéticos en una restauración no documentada, así como por modificaciones estructurales realizadas en el año 2000 que sustituyeron la peana y la columna primitivas.

La labor de los restauradores se debe a las subvenciones para la restauración del patrimonio cofrade de la Diputación de Córdoba -que ascendía hasta la cifra de 13.000 euros-, con la que se ha logrado devolver la estabilidad estructural a la obra, que contenía focos de hongos de pudrición parda, y recuperar la estética con la que fue concebido.

La recuperación de la mirada

Miguel Ángel Sánchez y Manuel Espejo le han devuelto al pueblo de Montemayor la mirada primitiva de la imagen, recuperando su expresividad. La limpieza ha eliminado los repintes que cubrían el cristal de los ojos, permitiendo que la imagen recupere sus ojos de cristal originales, devolviendo el dramatismo barroco a su rostro. De esta forma, el proyecto ha permitido restituir la columna primitiva, logrando que el conjunto escultórico se aprecie con la autenticidad y fidelidad histórica con la que los montemayorenses lo han venerado desde hace cuatro siglos.