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Veinte años con la Virgen del Socorro

Un 11 de diciembre de 2005, la Parroquia de Santiago Apóstol fue testigo de la bendición de la actual titular mariana de la Cofradía de la Vera Cruz, una obra cumbre de Antonio Bernal que vino a restituir y engrandecer el patrimonio devocional de la cofradía decana de Montilla.



Primera instantánea de la Virgen, aún en el
taller de Antonio Bernal
Hace exactamente veinte años, un 11 de diciembre de 2005, coincidiendo con el Domingo de Gaudete, la Parroquia de Santiago Apóstol se engalanaba  para vivir un acontecimiento histórico: la bendición de Santa María del Socorro, Madre de Dios y Señora Nuestra. Aquella jornada, oficiada por el canónigo de la Catedral de Córdoba, don Fernando Cruz-Conde, y apadrinada por los Condes de Prado Castellano, supuso el cierre de una herida abierta en el patrimonio montillano tras la pérdida de la primitiva talla y el inicio de una nueva era para la Cofradía de la Vera Cruz.



Tras años de anhelo y después de que los estudios técnicos desaconsejaran la intervención sobre la antigua efigie -muy deteriorada tras una desafortunada restauración sufrida en 1947-, la hermandad, dirigida por aquel entonces por Antonio Luis Jiménez Barranco, apostó por encargar una nueva talla que, sin embargo, mantuviera un nexo con una advocación que hunde sus raíces en la historia de Montilla, que, según la tradición, la introdujo Gonzalo Fernández de Córdoba -el Gran Capitán- en el siglo XV, siendo procedente de tierras italianas, como ocurrió en Pedroche (Antonio Luis Jiménez, 2025).


La imagen, una talla de candelero para vestir, destaca por una policromía de tonalidades pálidas que busca reproducir con realismo las calidades epidérmicas. Su rostro es un estudio magistral de la aflicción, asemejándose a las dolorosas de la escuela granadina: el semblante con una profunda concentración en el dolor, logrando una expresión que conmueve combinando la tristeza con la belleza. Sus manos, extendidas y abiertas, se disponen para portar los atributos característicos marianos del pañuelo y el rosario.

Desaparecida Virgen del Socorro. La mascarilla y las manos,
a día de hoy, se encuentran dentro de la actual.


Un joyero patrimonial


La Virgen del Socorro portando la diadema de Emilio León
y el Corazón de los Siete Dolores en el Vía Crucis Magno
de Córdoba del pasado mes de octubre.
En estas dos décadas, la Virgen no solo ha consolidado su devoción, sino que se ha rodeado de un ajuar que materializa el fervor de sus devotos. Entre sus piezas más emblemáticas destaca la diadema de salida, cincelada en 2015 por el orfebre cordobés Emilio León. Esta presea de plata, inspirada en modelos del siglo XVIII, luce en su reservo la inscripción "RUEGA POR NOSOTROS, 2005-2015", conmemorando su primera década entre los montillanos.



Sobre su pecho, la imagen suele portar el Corazón de los Siete Dolores, una valiosa pieza de plata de principios del siglo XIX, obra del platero montillano Manuel Aguilar Guerrero, rematada con una corona de espinas y flanqueada por clavos y flores de lis. A sus pies, la medialuna de plata, con su medallón central sobredorado y un querubín alado, evoca la estética inmaculista del setecientos, reafirmando su condición de Mediadora.


Veinte años después, la Virgen del Socorro, ataviada con la maestría de Francisco Mira, se constituye como un icono devocional clave en el argot cofrade montillano. Sin Ella, la Montilla cofrade no se entendería.


*Datos extraídos de "Gestión y conservación del patrimonio en las hermandades andaluzas: el caso de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Montilla". Trabajo Fin de Máster de Álvaro Carrasco González. Octubre de 2025.


Redacción - Álvaro Carrasco

Imágenes - Archivo de la Hermandad

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